Cuando se empaca maletas, se desempolvan recuerdos, se toma viejos
atuendos que te identifican…… y esas 7 letras unidas que son inmensas, te
transforman y las llevas en el corazón "ECUADOR"; gracias a todos,
hace 5 años cuando participé por primera vez un IRONMAN me fui solo desde el
terminal de Tulcán, con los sueños cargados en mis maletas y mis ilusiones eran
las de mis tres hijos y mi esposa, casi nadie en la tierrrrrita el Carchi sabia como era este deporte……… ahora solo sé que muchas
personas lo practican y muchisima gente te identifica……. eso es bueno porque te
das cuenta que has logrado ser ejemplo para las personas y no has vivido en
vano……. mil gracias por esos ánimos, por los pitos en la carretera, por el
pulgar en señal positiva y sobre todo gracias por respetar y tratar de entender
este gran deporte………..
Hace casi ya 9 años cuando decidí regresar a hacer deporte
por salud y se me metió el bichito en la cabeza de cumplir una promesa que
había hecho cuando tenía 9 añitos, muchos de mis seres queridos se me rieron,
para que decir lo que pensaba la gente de mi ciudad….. (Tas loco)….. Recuerdo
cuando me retire del ciclismo competitivo a los 21 años pesaba 58 kilos…..
cuando decidí regresar al deporte estaba en 105 kilos……. Hace 8 años me intente
inscribir en el Ironman de Brasil y no pude, una lesión por el peso que tenía
me impidió estar allí, hace 7 años me inscribí en Canadá…. Me negaron la visa,
hace 6 años fue en Lanzarote donde nos habíamos inscrito con mi pana del alma
Raúl Manotoa y quien al final tuvo que viajar solo, ya que un percance familiar
me impidió estar ahí; fueron muchos intentos antes de conseguir ser un Ironman
en el 2009 (Jamás olvidare esa carrera); mucho tiempo de entrenamiento y
siempre luchando con el peso corporal, tratando de entender como es este
deporte extremo y por supuesto conociendo “Hasta donde puedo llegar”; Siempre
apuntándole a hacer tiempos dignos y soñando con alguna vez bajar de las 11
horas.
Este mi tercer Ironman era muy especial para mí, porque iban
a estar presentes mis dos hijos Mateo y Matías, a quienes les había hablado
mucho de la carrera estos últimos años y con quienes estaba en deuda, ya que
les había prometido que me acompañarían justo cuando termine mi segundo IM;
además iban a estar aquellos seres que me dieron la vida y me encaminaron por
el deporte, mis padres.
Entre apuros, aeropuertos, gente y muchas cosas del viaje nos
íbamos reuniendo como por arte de magia, Salimos de Quito con mi gran amigo
José Sandoval quien iba hacer su primer IM y a quien lo había inquietado y
molestado para que compitiera (El viejo José como lo llamamos en la familia
EXCELENTE AMIGO), en el camino…. aeropuerto de Cancún nos encontramos a Marcelo
Montalvo quien llego como caído del cielo con quien hicimos una linda
amistad (Guano presente en el IM).
Ya en Cozumel nos reunimos con el resto de amigos: Raúl
Manotoa (Mi Brooother), los hermanos Flores, Frank y Cristhian (Hermanos de otro
amigo Rodmy, bien por ellos, los tres son IM) y como olvidar a un viejo amigo
de mi hermano Rivelino, Edwin Ortega (Un caballero)….. ese era el quipo SAMASAT
– ECUADOR; siete valientes ecuatorianos, siete historias, siete familias, siete
almas que unidas a cerca de otras 2500 iban a enfrentar la dureza del IRONMAN
COZUMEL 2013.
El ambiente era propicio para la carrera pero el clima no
ayudaba, “Vaya si sigues siendo impredecible Cozumel” era la frase que me
rondaba por la cabeza y no la decía a nadie, mientras yo miraba a mis colegas,
unos más nerviosos que otros…. Entre risas y alegría paso el viernes y el
sábado, preparando todo y repasando la lección del día de la carrera,
hidratación, comida, pulso, etc (Imaginense yo tenía junto a mí lado al hombre
más meticuloso y calculador que he conocido en mi vida y de quien he aprendido
mucho….. el viejo José……jejejeje); cómo no iba a tener todo listo.
A diferencia de los otros IM, nos vamos a dormir muy temprano
y la hora de levantarse es a las 3:30 a.m. para ir a desayunar, ya que
cambiaron el lugar de arranque de la carrera; rito acostumbrado, de rodillas
padre Nuestro IM frente a los atuendos que se usará en la carrera, agradecer a Dios
y a la vida por ese día y la fortuna de estar presentes otra vez aquí, sanos y
listos para empezar a soñar de nuevo y cumplir promesas hechas en el 2009 y
2011…… mis hijos estaban allí…… un extra, mis papis también…..
En el desayuno nos reunimos con el resto de compañeros y
entre un ambiente de nerviosismo, camuflado por sonrisas e incertidumbre de que
sorpresa nos tendrá preparado esta isla, nos fuimos a la sesión de fotos del
equipo. Esa madrugada era muy especial porque se sentía la energía que
irradiaban por los poros, los siete valientes ecuatorianos; salimos del
desayuno con la mente bien clara, positiva y con un objetivo común alcanzar la
meta de los 226 km para ser llamados IRONMAN.
Llegamos a Chankanab un abrazo muy fuerte con mis hijos, las
primeras lagrimas del día rodaron por mis mejillas “Estamos aquí ROMMG, gracias
por acompañarme” fue lo que les dije, luego a dejar las cosas en la bici y al
autobús para ir al lugar de partida, ya en la partida nos encontramos con
algunos compañeros, justo frente al agua y con ansia de entrar nos damos un
abrazo muy fuerte con José quien me tranquilizo y no me dejo entrar muy
temprano al agua, eso sí me sirvió.
El día llego, el reloj marcaba las 7:00 de la mañana y otra
vez estaba allí, empezando mi tercer IM, en mi mente rondaban muchas cosas, en
esas se oye la señal de partida y como siempre un grito de euforia para
empezar, esta vez grite “Ecuador con el corazón”; empiezo a nadar y se empieza
a sentir la corriente a favor, trato de orientarme y alcanzar mi primera boya
pero no la veo por ningún lado; nos dijeron que nademos con la boya al lado
derecho yo nunca la vi a mi lado derecho siempre pase por el lado izquierdo,
iba nadando bien, recordando la técnica que me había enseñado mi amigo Diego
Arteaga y como siempre disfrutando de este lugar y sus maravillas bajo el agua,
recordé que este sitio es considerado uno de los arrecifes de coral más grandes
y hermosos del planeta. Un Km y no me habían golpeado mucho, todo parecía ir
bien hasta cuando sentí que el agua se filtraba en las gafas de natación, es
decir estaba nadando con los ojos en contacto directo con el agua salada, me
empezaron a arder mucho, pare varias veces a regular y ajustar las gafas una y
otra vez pero el agua se filtraba, solo me hice una pregunta ¿Qué ahora los
problemas empiezan más temprano que de costumbre?, así que regule al máximo las
gafas y seguí nadando, cerraba los ojos y solo los abría para tratar de
orientarme…. La punta de la choza del parque acuático sirvió mucho, esta
estrategia empezó a funcionar y cuando me di cuenta estaba frente al parque a
tan solo 200 mts de salir del agua, no lo podía creer estaba
terminando la
natación y solo había tenido tres intento de calambre en la planta del pie y
los ojos hinchados por las gafas y el agua salada, salgo del agua tratando de mirar
entre la multitud a mis hijos, pero no los encuentro ya que no puedo ver con el
ojo derecho, mis ojos están muy hinchados, me tranquilizo miro el tiempo y es
mejor de lo que había esperado, la natación estaba en el bolsillo de aquí en
adelante tenía que hacer las cosas bien y esperar que mi fantasma no llegue (mi
estómago) durante la transición 1 me trato de quitar de encima toda el agua
salada y empezar de acuerdo a lo planificado; cuando me estaba subiendo a la
bici miro a la familia de Raúl quienes me animan eufóricamente, eso se sintió
demasiado bien; emocionado me subo a la bici y empiezo a rodar y a mantener mi
pulso para dosificar energías, algo dulce cada dos horas, platanito
maravilloso, barras e hidratación permanente era la lección que había que
repetir una y otra vez durante la bici; los primeros 70 km pasaron muy rápido
ya que mi pulso se portó muy bien y mi estómago no daba de que hablar. Menos de dos horas y empecé tontamente hacer
cuentas, de en cuanto podía terminar la bici (5:15 horas), en esas recuerdo que
las veces anteriores todo se empezaba a derrumbar a partir del km 70 de la
bici, esta vez seguía soñando en hacer menos de 10:00 horas todo el IM…..
jejeje….. en esas se me acaba la hidratación, no tenía ni agua para mojarme la
cabeza y hacía un sol espantoso, empezaba la parte dura de la isla y en el punto
de hidratación no alcanzo a tomar una tan solo termo, pienso rápido y me digo a
mí mismo “la embarre…” levanto la cabeza y miro a un ángel, si una niña que
levanta una botella de gatorade que tenía la mitad de líquido, me la ofrece, la
tomo y ella me dice gracias; al contrario pensé y dije “Gracias Dios mío, por
proteger a tus ovejitas”….. Sí¡¡¡ esa niña me había salvado, tenía suficiente
líquido para poder llegar al siguiente puesto de hidratación…..mmmmm mientras
tanto mi ojo seguía molestándome, pero por lo menos ya
podía ver…..mi estómago se
seguía portando a la altura, afronte bien la segunda vuelta y el momento de
completarla y empezar la tercera vuelta, levanto la cabeza y miro a mis hijos y
a mi mami entre la multitud, levanto la mano y escucho un silbido.…. Si, si el
silbo que nos identifica a los ciclistas carchenses, a los socios, como solemos
llamarnos, aquel silbo que usamos para saludarnos, despertarnos en las
madrugadas para ir a entrenar, para ubicarnos en la multitud y que hasta lo
chiflamos cuando estamos sepultando a algún amigo….. Mi pulso se acelera por la
emoción y la adrenalina fluye, me controlo y tranquilizo porque apenas iba 120
km y estaba muy consciente de lo que se venía, la tercera vuelta, la parte más
dura de la bicicleta donde existe mucho viento al otro lado de la isla; ruedo
rápido el pulso se empieza a subir, bajo el paso para controlarlo, voy un poco
más lento, puedo dar más pero no debo hacerlo porque se viene una maratón
después; las rectas se tornan interminables, encuentro a muchos competidores en
el penalty box, los jueces estaban controlando demasiado bien la carrera, llego
al km 145 y empieza otra vez el viento, miro a muchos que hacen drafting, se
forman lotes completos, los jueces vuelven a actuar y yo trato de seguir mi
ritmo solo; en la soledad siento las olas del mar, la brisa en mi rostro,
escucho como choca el viento con las ruedas de la bici, los latidos de mi
corazón así como los recuerdos de la niñez y los entrenamientos pasan una y
otra vez por la cabeza….. km 165, levanto la cabeza y me sorprendo porque
alcanzo a mi brooother Raúl, pedaleamos juntos hasta el km 170, esos últimos
kilómetros no los sentí, me motivo mucho saber que no estaba solo, nos damos
ánimo del uno al otro y sigo con el paso que venía, entro a la última recta
interminable de 10 km y empiezo a darme cuenta que mi estómago no molesto, las
recomendaciones de Roberto y José al salir del agua funcionaron, solo faltaban
5 km para culminar la bici y me empieza a dar hambre, no tengo nada que comer,
me hidrato pero hace falta algo sólido así que pongo la mente en blanco y
empiezo a recordar cómo había sufrido las veces anteriores y llega a mi mente
una sola respuesta, “Esto no es nada comparado con otras veces”, recuerdo la
soledad que solía sentir en los entrenamientos y me concentro, cuando levanto
la cabeza estoy en la ciudad, tan solo faltaban 2 km para llegar a la
transición, agradezco a mi bici por no haber fallado, por no haber pinchado y
por haberme llevado hasta allí, me agacho, la beso y giro, miro enfrente la T2,
me digo a mí mismo “La bici ya está, ahora depende solo de mí y mis piernas”,
entro me coloco los zapatos, mi visera y mi bandera que coloco en el bolsillo,
entro al baño, miro el reloj, 6 horas y 35 minutos; el tiempo está de acuerdo a
lo planificado, ahora solo depende de mí……(Dicen que puedes nadar bien,
pedalear bien pero si no entrenaste los suficiente en la maratón puedes perder
demasiado tiempo), de eso era testigo, mis dos anteriores IM la maratón había
sido un castigo así que solo quiero empezarla muy regulado y sin emocionarme,
empiezo a sentir el cansancio, empiezo a correr y en esas otra vez un silbo al
salir de la T2, mis papis emocionados con la bandera en la mano me animaban,
vaya que si estaban emocionados; el hecho de mirarlos allí me hacía muy feliz, vaya
si hay gente, todos te chocan las manos, en el abastecimiento tomo bastante
comida y Pepsi, que calman el hambre; voy por mi primer km y miro a mis hijos,
quien diría??? en el 2009 cuando miraba un niño a lo largo de la carrera me
imaginaba que eran mis enanos; este día ellos estaban allí, viviendo lo que
tanto les había hablado….. Lloro
del solo hecho de mirarlos allí….. con el
pulso en 155 ppm llego al km 7, giro buscando mi primera vuelta y me encuentro
con mi Brother Raúl, nos chocamos las manos y me emociono, sigo manteniendo el
paso y el pulso se empieza a disparar, hace un sol intenso que derrite todo, me
concentro, me digo a mi mismo aquella frece insigne que tenemos con mis hijos
“No pasa nada”, no pasa nada, no hay dolor, no hay calor, no hay pulso alto,
“No pasa Nada”, tomo hielo en un punto de hidratación lo pongo en mi espalda y
este se derrite, me refresca mucho, me topo con mi Tnte. Ortega quien me da
ánimo, luego con Frank, Marcelo y mi José, a quien lo miro muy desanimado; km
13, paso frente a mis hijos, Mateo me toma algunas fotografías, señalo a mi
Matías, cruzo los brazos como una “X” ya que eso era lo que hacíamos todas las
tardes cuando terminábamos los ejercicios de fortalecimiento corporal, el enano
se emociona y vuelven a caer lagrimas por mis mejillas. Completo la primera vuelta y me siento
bien, vuelvo a comer y otra vez frente a
mi familia, “Que bien se siente que ellos estén allí” no sé si yo estaba
disfrutando el verlos a ellos ahí o al contrario….. llego al km 18 y el sol
empieza a cobrar su cuota….. los calambres quieren hacerse presente y no es en
una sola parte del cuerpo, es en varias….. pienso muy rápido, trato de tomar
gatorade en el punto de hidratación, sales hidratantes y bajo el ritmo un poco,
la tensión de las piernas sigue presente, el sol cada vez más intenso y yo solo
quiero llegar al Special needs en el km 21; lucho por alcanzar este km y giro,
voy media maratón, con el cuerpo muy estropeado y los calambres que quieren
hacerse presentes por todo lado; recuerdo que justo en esta etapa de los
anteriores IM todo se derrumbaba, analizo mi situación y me queda una solo cosa
por hacer….. tomar la bolsa del special needs, comer y tomar lo que hay allí y
esperar que el cuerpo lo asimile….. Eso es lo que hago, al cabo de pocos
minutos no pasa nada, otro gel a la boca y empiezo a reaccionar, me pasan hielo
en bolsas, me lo coloco en la cabeza, en las piernas y espalda, se derrite casi
de inmediato, voy
recalentado, en esas pasa José en frente y me dice que pare
que no puede reaccionar y se siente mal, le doy una sal hidratante y algo para
el dolor, nos abrazamos y seguimos, el pulso se empieza a disparar otra vez,
voy bien pero el cuerpo empieza a doler más;
km 27 miro otra vez a mis hijos y el dolor se va durante ese momento, el
sol es infernal y pasa algo inesperado, cerca de completar la segunda vuelta
empieza a llover, pero a llover en forma, yo abro los brazos, levanto la
cabeza, empiezo a reír y grito “Gracias Dios Mío….. Dios eres pastuzo”, la
gente trata de buscar refugio, mientras nosotros los Iron estamos en la vía con
el agua hasta los tobillos, paso otra vez por el lugar donde ésta ubicada mi
familia, los miro y les digo una más, solo una más….. nos vemos en la
llegada. Esta isla seguí siendo
impredecible, un inicio de competencia frio, sol intenso y ahora lluvia, yo
solo sabía que aquella lluvia había logrado bajar mi pulso de 158 ppm a 135
ppm, estoy en el km 30 y me digo es tiempo de entregar todo, vuelvo a elevar mi
pulso a 150 ppm, voy más rápido, los kilómetros empiezan a pasar 31, 32, 33,
34, llego al 35 giro y voy de regreso a la meta, solo faltan 7km, apretó más el
paso, 36 y 37, llegando al km 38 vuelven los calambres, están presentes por
todas partes hasta en el cuello, punto de abasto, paro y camino 200 mts y
empiezo a correr despacio, pongo en mi boca el anillo de bodas que cuelga de mi
cadena, lo muerdo porque estaba llorando literalmente del dolor y solo pienso
en mi esposita y pido que me ayude a llegar, luego no recuerdo nada,
prácticamente se me borran las ideas, la mente en blanco, la verdad es que no
sé cómo recorrí esos 2 km….., llego al km 40, es el inicio del malecón, otro
iron que iba junto a mí me pregunta si es mi primera
vuelta, le digo que ya
llegaba, él me dice vas con un tiempazo; vuelvo a la realidad y estaba a 1500
mts de llegar, saco mi bandera del bolsillo y la extiendo, me la coloco como
una capa y empiezo a chocar las manos con el público, solo me falta 1 km y recuerdo
las palabras que escribí en mi primer IM y otra vez entro en esa
la “Famosa dimensión desconocida del
IRONMAN donde todo el esfuerzo hecho durante toda tu vida empieza a tener
sentido, donde muchos dicen que miras a las personas en cámara lenta y vaya que
es así, donde el llanto se confunde con la sonrisa, donde el dolor es una
bendición, donde el viento te habla al oído, donde las palabras son música y
donde te sientes más cerca del cielo, y te das cuenta que “ANYTHING IS
POSSIBLE”, empiezo ese último kilómetro agradeciendo a Dios, a mis hijos, a mi
esposa, a mi familia, a mi Patria, a la vida, lo empiezo con mi bandera en lo
más alto, recuerdo que estaba cumpliendo viejas promesas y las estaba haciendo
realidad, demostraba a muchos que mi locura tenía sentido y todo absolutamente
todo por lo que he luchado toda mi vida lo estaba alcanzando; sí, sin darme
cuenta completaba mi tercera vuelta y me ganaba el derecho de entrar al área de
tribunas, pongo mi anillo en mi boca otra vez y pienso “Lo hicimos mi amor, lo
logré” justo al girar miro a mi madre y a mi hijo Matías que me extiende la
mano….. no tienen idea como había soñado con ese momento, la toco y me
emociono, si mi sangre estaba allí junto a mí, empiezo ha hacer el avioncito y
luego voy al lado de la tribuna donde empiezo a chocar las manos con toda la
gente, salto y grito el momento de cruzar la meta, giro hacia atrás y miro la
tribuna,
levanto los brazos y agradezco….. luego me colocan mi medalla, “Vaya
medallita”, collarcito y en eso miro el reloj eran 10:32; sonrío y quiero
desplomarme, me preguntan si estoy bien? Respondo que sí, luego me siento
arrimado a una valla y caen lagrimas por mi rostro, era una sensación
indescriptible, justo en ese momento escucho mi silbido, giro la cabeza….. era
mi hijo Mateo, (estaba justo en el mismo lugar donde hace dos años estaba mi
Olguita con él Gabrielito) con dificultad me levanto y me dirijo hacia donde
está, lo miro y me extiende las manos como cuando era un bebe, lo abrazo y
lloramos juntos; recuerdo que nunca había visto llorar así a mi hijo, no
dijimos nada solo sé que ese abrazo y esas lagrimas decían más que mil
palabras, no importaba la lluvia, solo era ese momento junto a mi Mateo….. ¡¡¡Sí!!! aquel niño al que le
prometí que alguna vez me vería hacer flamear la bandera de mi país, y al que
siempre le dije que cualquier cosa se puede alcanzar en la vida; recuerdo que
mi Mate desde niño se sorprendía y se portaba algo incrédulo cuando le conversaba
las anécdotas de mi vida deportiva….. ¡¡¡por él!!!, regrese al deporte, hicimos
ese pacto hace ya ocho años, cuando tenía sobrepeso….. “hijo creo que me demore
pero también creo que la vida da lo que uno merece en el momento justo”…..
nunca olvidaré esos momentos….. solo sentí que no había vivido en vano, estaba
dejando un legado a la persona indicada, en el momento indicado.
Luego busque algo caliente y me senté en una banca, levanto
la cabeza y miro a mi Broooother Raúl, nos abrazamos fuerte con las pocas
energías que nos quedaban, eso fue como suelen decir mis amigos de la armada
“IMPECABLE”, fue el segundo IM que corremos juntos….. Gracias Raúlin, eres un
CAMPEÓN….. posteriormente fotito, camiseta de Finisher, más alimento y salgo a
retirar la bici, saliendo del parqueadero donde estaban las bicis y las bolsas
estaban mi hijos, mi Matías se lanza y me abraza, llora de la emoción, nos
abrazamos los tres al igual que al inicio de este día y les digo “Gracias hijos
por acompañarme, por estar aquí, nos quedamos en silencio y el abrazo se hace
más intenso”, ya en el hotel encuentro a mis papis, quienes emocionados me
abrazan y con quienes comentamos la carrera y a quienes también les doy las
gracias por estar allí….. bañito algo de estiramientos y otra vez a la llegada
a esperar al Viejo José, a quien lo esperamos con mis hijos y vimos cruzar la
meta, Bien mi José lo que eres y significas no solo para mi sino para mi
familia no se lo puede describir con palabras….. Te queremos mucho.
Y así termino un día lleno de alegría, esfuerzo, sudor,
calor, frio, reflexión, emoción, lágrimas, respeto y amor a la vida, promesas
cumplidas y sobre todo unión y conexión con mis seres amados, solo me queda
agradecer a las personas que compartieron conmigo esta aventura:
A mis hijos y esposita gracias por aguantarme y acolitarme en
las cosas que hago, ustedes son mi motor y mi razón de ser, los amo con todo mi
corazón.
A mi mami y papi, tengan la plena seguridad que como padres
han hecho un buen trabajo con sus hijos, gracias por ser tan especiales, sé que
con sus altos y sus bajos siempre nos han guiado por el camino del bien, Dios
los bendiga siempre y gracias por habernos dado un verdadero hogar.
A mi gran amigo, hermano, manager y mil cosas más, José
Sandoval un simple GRACIAS POR SER MI PARCERITO, te aprecio mucho.
A mis amigos RAUL, FRANK, EDWIN, CRISTHIAN y por supuesto el
que cayó del cielo MARCELO son
excelentes persona, para mí siempre será un honor compartir a su lado….. hoy sé
que la distancia nos separa pero ese bichito del IM siempre, siempre nos tendrá
unidos….. mantengamos contacto.
A todos los familiares de Raúl, a las personas que
acompañaron a Marcelo y Edwin mil y mil gracias por estar allí, sin importar el
sol, la lluvia, el frio, la noche….. hicieron que cada uno de nosotros sintamos
en el corazón a nuestro país, esos gritos nos sacaron más de una sonrisa y el
coraje, ñeque, verraquera y más, siempre estuvieron presentes, demostrando que
unidos podemos llegar muy lejos.
Solo me queda por agradecer a Dios y a la vida por permitirme
haber estado presente en este evento, y en especial GRACIAS COZUMEL, siempre
estaré agradecido por todo lo que me has enseñado, en el 2009 me diste una
lección de sufrimiento y coraje donde aprendí a valorar lo que tenía; en el 2011
me enseñaste a no jugar con la suerte y que apoyados en los seres amados
podemos alcanzar sueños y hoy en este 2013….. comprendí que la constancia y
dedicación te llevan a superar los límites, amar y valorar todo lo que tengo y
hacer las cosas con el CORAZÓN….. mil y mil gracias Cozumel me hiciste un
triatleta completo y ahora si me puedo llamar un VERDADERO IRONMAN.
COZUMEL creo que algún día volveré…… me queda una promesa que
cumplir…..